Estamos esta tarde aquí, en medio de este cruce de
caminos, para reivindicar nuestro derecho a la movilidad. Un derecho
fundamental que las administraciones regional y municipal vienen siendo
incapaces de satisfacer debido a su incompetencia para organizar el transporte público en el municipio de Murcia.
No es solo un problema de los vecinos de La Alberca y de Sto. Ángel, ni
siquiera es solo un problema de la Costera Sur, sino que es un problema de
todas las pedanías del municipio de Murcia. La política de las dos
administraciones ha conseguido que, en las pedanías, utilicemos cada vez menos
el transporte público.
Estamos,
pues, ante un sistema de transporte público que no atrae a los viajeros porque
en algunas pedanías no existe (el 12 en la Ermita del Rosario o el 61 en
Aljucer), o porque sus frecuencia horaria es tan absurda que te olvidas de que
existe, como es el caso del 78 (antiguo 27). Un sistema que espanta a los discapacitados,
pues tiene tal grado de deterioro que para ellos es una lotería coger un
autobús con la plataforma en condiciones. Y, sobre todo, es un sistema
carísimo, en el que, además, hay que pagar los trasbordos, porque, entre otras
cosas, es explotado por tres empresas distintas. Tenemos, pues, un
sistema de transporte público que no responde a las necesidades de movilidad de
los vecinos, está anticuado y cochambroso, es antiecológico y muy caro.
La Asociación de Vecinos, integrada
en la Plataforma La Costera Sur También es Murcia, hace la siguiente propuesta
para la recuperación del transporte público:
Deben continuar las actuales
líneas de autobuses de las pedanías como ejes vertebradores de la movilidad en el municipio, de manera que
los vecinos de las pedanías puedan desplazarse por la ciudad de Murcia sin
necesidad de hacer trasbordos. Las líneas de pedanías, por tanto, optimizan los
recursos, pues a la vez que hacen el servicio a las pedanías, también lo hacen
a los barrios de la ciudad. Todo en uno.
Pero en estas líneas son muchas las
cosas que deben cambiar:
A corto
plazo:
1. Deben cambiar los
precios de los billetes y de los bonos, que son muy caros si los comparamos
con los que hay en la ciudad (cualquier trayecto en pedanías cuesta 1´85 y en
la ciudad 1´05), y debe cambiar que los
trasbordos no sean gratuitos.
2. Deben cambiar las frecuencias y los horarios inadecuados para las necesidades de
movilidad
que tiene el municipio, sobre todo en horas punta. Deben restituirse las líneas 12 y 61 (son insoportables los casos de La
Ermita del Rosario y de Aljucer). Deben recuperarse los servicios de las líneas 37,
y la 78 (antes 27) de los Ramos a la Arrixaca.
3. Debe cambiar la
manera como está organizado el paso de los autobuses por la ciudad:
-
La falta de una
red eficiente de carril-bus con paradas acondicionadas.
-
La falta de
tecnología para que los autobuses tengan prioridad de paso en cruces y
rotondas.
-
La figura del
chofer-vendedor de billetes y bonos.
A medio plazo:
-
Debe empezar a cambiar
la flota de autobuses de LATBUS en
pedanías, pues tiene que renovarse para que el transporte sea de calidad,
eficiente y ecológico. Hoy, Día Mundial del Medio Ambiente, exigimos para
nuestras pedanías autobuses sin emisiones de carbono como los de Murcia.
-
Debe cambiar que haya dos administraciones ocupándose del transporte público del
municipio. El Ayuntamiento de Murcia, tal y como establece la ley, es el
único que debe garantizar el derecho a la movilidad ciudadana en el territorio
del municipio. Debería crearse una Empresa Municipal del Transporte que se ocupe
de la gestión del transporte público en el municipio.
-
Y debe cambiar el Plan de Movilidad Urbana del
Ayuntamiento: en particular, la consideración del tranvía como eje vertebrador de
la movilidad en el municipio y el intercambiador del Jardín de Floridablanca.
Todo esto es lo que vamos a plantearle
al Consejero de Obras Públicas, de quien depende el tema transporte, cuando nos
entrevistemos con él próximo día 19. Por fin, un miembro ejecutivo del gobierno
regional tiene a bien recibirnos. Seguro que nuestra insistencia en seguir
denunciando la situación del transporte público en esta plaza todos los jueves
ha tenido algo que ver.
¡Vecinos
y vecinas! Nuestra unión y determinación son las herramientas con las que vamos
a quitarle el filo a las tijeras que recortan, una y otra vez, nuestro derecho
a la movilidad.
¡QUIÉNES VIVIMOS EN LAS PEDANÍAS NO SOMOS CIUDADANOS
DE SEGUNDA!
¡BASTA YA! ¡BASTA YA!
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