Se pretendía saber con este acto si la decisión política de ampliar la línea del tranvía desde la Plaza Circular a la Estación de El Carmen va a interrumpir, de alguna manera, la circulación por la ciudad de aquellas líneas de autobuses de las pedanías que tengan un tráfico coincidente con el tranvía.
Estaban invitados todos los grupos políticos municipales, pero, finalmente, solo acudieron Carmen Fructuoso, Concejala de Movilidad Sostenible y Limpieza Viaria (PSOE), Juan Fernando Hernández, Concejal de Programas Europeos, Iniciativas Municipales y Vía Pública (CDs) y Elvira Medina (Podemos). También vino el gerente de la empresa del tranvía acompañado de un técnico, y un técnico de la Concejalía de Movilidad. El acto discurrió con toda normalidad.
Se les planteó de entrada que, si nos atenemos al nuevo plan de movilidad del gobierno municipal, no se ve la necesidad de la ampliación del tranvía, pues el “nuevo esquema de red” de líneas de autobuses, que entrará en vigor el 3 de diciembre de 2023, será capaz de articular de manera segura, eficaz, eficiente y sostenible la movilidad de las pedanías con el centro urbano y de estas entre sí. Un “esquema de red” que gracias a las ayudas europeas dispondrá de carriles segregados, con preferencia semafórica y dotados de un sistema inteligente de gestión del tráfico.
Por otro lado, la ampliación del tranvía puede suponer la implantación de intercambiadores (contemplados en su día por los anteriores alcaldes, Miguel Ángel Cámara y José Ballesta) en los que los vecinos de pedanías y barrios afectados por la ampliación del tranvía se vean en la obligación, al llegar a Murcia, de hacer un transbordo para completar su trayecto.
Presentadas estas cuestiones, ninguno de los ponentes entró a tratarlas de forma directa y clara, lo que nos lleva a pensar que ni siquiera se las han planteado. Sus intervenciones no pasaron de ser meras generalidades bienintencionadas: los del tranvía expresaron sus buenos deseos de que llegado el momento todo irá bien; Elvira Medina (Podemos) consideró que si hay un buen diseño del transporte público en el municipio, el tranvía no tiene por qué afectar negativamente a las líneas de pedanías; y abundando en esta cuestión, Juan F. Hernández (CDs) anunció que hay en marcha un estudio sobre la compatibilidad del tranvía y los autobuses.
Pues bien, pese a las objeciones planteadas y a la falta de respuesta a las mismas, los tres ponentes consideraron, sin más, necesaria la ampliación del tranvía, aunque la ven lejana en el tiempo: según Carmen Fructuoso (PSOE) porque debido a su alto coste (68 millones de €) son necesarias ayudas europeas, que, por otro lado, el gobierno municipal aun no ha pedido; y según Elvira Medina (Podemos) porque el gobierno municipal ha perdido la ocasión de pedir que se incluya en los Presupuestos Generales del Estado la partida correspondiente.
Más allá de la cuestión del tranvía se habló de las ayudas europeas (50 millones de €) para las infraestructuras de las líneas de los autobuses, y del esfuerzo planificador y político para conseguirlas; de la importancia para la mejora y optimización del transporte público de que se llegue a un acuerdo con la Consejería de Transportes sobre el Plan de Movilidad del Área Metropolitana (las negociaciones están estancadas porque la Consejería no aporta los 8 millones que le corresponde); y se hizo el importante anuncio de que en breve se publicará cómo quedan definitivamente las líneas de autobuses del nuevo plan de movilidad que entrarán en vigor el 3 de diciembre de 2023.
Finalmente, distintas intervenciones de los asistentes hicieron hincapié en que la ampliación del tranvía no puede ser, en ningún caso, perjudicial para la movilidad de las pedanías.
Teodoro Antolinos.
Vocal de movilidad de AVLA.
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